La vieja Inglaterra, el arte popular e Islandia y las leyendas nórdicas que inspiraron a Borges, en un libro que recopila los mejores textos de William Morris.William Morris estuvo aquí se compone de cuatro ensayos fundamentales del artesano y poeta inglés, hasta ahora inéditos en lengua castellana. Además, la edición contiene un prólogo sobre el autor y su obra, e introducciones correspondientes a cada uno de los ensayos escogidos, una recopilación de textos traducidos y seleccionados por Andrea y TomásÆ. La frase que da título a la presente antología está inspirada en la firma del pintor flamenco Jan Van Eyck, a quien Morris toma como un excelente retratista de la belleza de siglos pretéritos; el artista flamenco firmó algunas de sus obras diciendo que ôestuvo allíö, que había presenciado lo que supo retratar. Y Morris, exultante, sostiene además que viendo sus cuadros se puede ôver a través de sus ojosö. Cuatro ensayosEn 'El arte: una cosa seria' Morris expresa, recurriendo a ejemplos de su vida y de la sociedad de su tiempo, la relevancia de saber disfrutar de la naturaleza y del trabajo libre; insta al lector a apreciar el espacio donde vive, y a crear, porque el llamado ôhombre comúnö, el artesano, está llamado a participar física y espiritualmente en la mejora de las condiciones de vida de su comunidad. Y da cuenta de un concepto de arte ampliado: abandonando los elitismos decimonónicos, renueva el concepto para que todos lo sepan apreciar y sepan incorporarlo a sus vidas. Ello, según el autor, sería una fuente de libertad.En 'Arte y trabajo' encontramos sutiles definiciones de los términos que titulan el ensayo; y, a partir de ellos, vemos que lo que llamamos trabajo en casos puede ser una disfrazada esclavitud; y que incluso durante la esclavitud que primaba en los pueblos señeros de la Antigüedad la gente igualmente se las ingeniaba para poder realizar tareas artísticas. Y sugiere Morris que, aunque la servidumbre imperante en aquellos pueblos pueda indignarnos, sería más conveniente ocuparnos de mejorar la situación laboral de las sociedades contemporáneas; y eso, sostiene, solo se logra con el desarrollo y la difusión del arte.En 'La antigua literatura del Norte: Islandia', Morris expresa su afecto por aquella isla agreste que también generase un inusitado interés en otros autores, como Jorge Luis Borges. En este ensayo, que al comienzo es una suerte de diario de viajes por Islandia, se nos cuenta cómo fue que en aquella casi despoblada tierra de pastores y guerreros nació una mitología que sentaría las bases de la fe de nórdicos y británicos; los islandeses aparecen como un pueblo recio, pero dueño de un imaginario que el autor equipara al de la Antigua Grecia. Aquí vemos, en una muestra de su exuberante formación, cómo Morris dominaba la historia y los mitos islandeses; abundan anécdotas sobre héroes y dioses deseosos por hacerse con el poder y la gloria.En 'La Inglaterra primitiva' habla de su afecto por la tierra donde nació: relata las hazañas y los pesares de aquellas tribus vernáculas que, con los siglos, recibieron invasiones del Imperio Romano y de los pueblos del mar; con los cuales, además de guerrear, se mezclaron para forjar el pueblo británico: poseedor de una suerte de espíritu nacional en el que conviven, con cierta tensión, el paganismo del Norte con del Cristianismo institucionalizado, al que parece acusar de ser uno de los culpables de la pérdida del patrimonio cultural que existía antes de su llegada.